El cielo estrellado, el bosque y la alfombra roja que conducía al altar rodeada de jarrones rebosantes de rosas blancas, creaban el escenario perfecto para esta boda que parecía salida de un libro de cuentos. Luego de que los novios dieran el sí, comenzó la fiesta y todos disfrutaron de un salón de ensueño bailando bajo las miles de lucecitas que adornaban la pista.